Una fiesta es un momento precioso de celebración, para compartir con familia y amigos, y una fantástica oportunidad para generalizar habilidades y fomentar la socialización y la inclusión. En el caso de niños con autismo requiere cierta adaptación y algunas pautas sencillas.
Una de las características diagnósticas de los TEA es que presentan intereses y gustos restringidos, así como alteraciones de tipo sensorial, pero no todos muestran los mismos rasgos ni al mismo nivel. Por lo tanto, la clave está en conocer bien al niño protagonista de la fiesta y adaptarla a sus gustos y necesidades, sin tener en cuenta la etiqueta diagnóstica, como haríamos con cualquier niño.
Pensar en los invitados, es otro de los factores de éxito. Queremos que todos disfruten, y que el año que viene vuelvan a acompañarnos. Nos ayudará saber qué cosas les gustan a los demás, qué juegos están de moda, qué temáticas son apropiadas para su edad, y con qué se divierten. Tener en cuenta el entorno el número de invitados y las actividades a realizar
Acompañar al protagonista, fomentar su participación, adaptar las actividades, e involucrar a los demás, en definitiva, dinamizar la diversión, en un ambiente de cariño y seguridad.
Preparados…
En los casos en los que el niño necesite anticipación de algún tipo, es recomendable anticipárselo, como cualquier otra actividad, pero hay niños que no necesitan esta anticipación o no la comprenden.
Una buena idea es involucrarle en la preparación de la fiesta y saber si lo que estamos preparando es de su agrado y disfrutará de ello. En ocasiones puede ser cuestión de ir probando distintas alternativas hasta que encontremos la ideal para él. Podemos empezar con cosas sencillas, marcar la fecha en el calendario, que el niño haga una lista de sus invitados, preparar o repartir las invitaciones, la decoración, sus personajes favoritos, disfraces, que escoja el menú, etc.
Es importante tener en cuenta las actividades que domina y con las que disfruta y adaptarlas a su nivel, sin perder de vista la participación y la diversión de los demás. Se sentirá más seguro con cosas conocidas en las que poder demostrar sus habilidades y compartir esos momentos de juego. Probar cosas nuevas, puede resultar arriesgado en este momento, la exposición debe de ser gradual, recordando las ocasiones en las que más haya disfrutado.
Listos…
Es fundamental que los invitados conozcan al protagonista de la fiesta y sepan las cosas que le gustan, cómo se comunica, y qué cosas evitar. Por ejemplo, puede que no le guste abrir los regalos, por lo que una idea sería que lleven los regalos sin envolver; puede que no le guste que le canten el cumpleaños feliz, por lo que se les puede pedir que no lo hagan; y, puede que le encante bailar con otros niños, por lo que podemos preparar sus canciones favoritas y proponer un baile todos juntos. Involucrar a los demás en actividades reforzantes es importante, y explicarles si hay alguna cuestión que es mejor evitar.
Si nos preguntan por los regalos, de nuevo adaptarnos a los gustos del protagonista. ¿qué le puede hacer más ilusión? Anímate a dar pistas, intentemos sugerir regalos que le gusten y disfrute. Es tiempo de juego, no de terapia. Peeeero… también podemos aprovechar si necesita algo más práctico o educativo para su día a día, buscando equilibrio entre la funcionalidad y la diversión.
¡Ya!
El mejor plan es el que se adapte a los gustos y necesidades del niño con TEA, maximizando la diversión del resto de invitados, en un entorno de seguridad, respeto y cariño.
Hay miles de opciones: desde la fiesta tradicional en casa con merienda y juegos, hasta parques de bolas, o atracciones, recorridos de tirolinas en los árboles, partidos de fútbol, clases de cocina, payasos, magia, excursiones, gynkanas, debemos adecuarnos a su edad, gustos y habilidades. Un consejo es minimizar complicaciones, nos sorprendería como a veces los planes más sencillos son los más reconfortantes y esto no es sólo para los niños con TEA sino para todos.
Y por si acaso un plan de contingencia
Las fiestas de cumpleaños, pueden ser un momento memorable, divertido y feliz, pero también pueden ser estresantes para todos y requieren de un esfuerzo que a veces nos preguntamos si compensa. Incluso para niños sin dificultades pueden suponer un reto.
Con los niños TEA las dificultades en la comunicación y en la interacción social pueden ser una barrera para su diversión e inclusión. El primer objetivo es garantizar que se sienta cómodo y disfrute para que quiera volver a celebrarlo al año siguiente. Si comienza a sentirse agobiado o nervioso, lo ideal sería sacarlo de la fiesta, calmarlo y preguntarle si quiere volver cuando esté más tranquilo. En caso de que no quiera volver o veamos que al volver se pone de nuevo nervioso, es mejor que los demás continúen, pero que para él haya terminado la fiesta, pues ya no se lo está pasando bien y sería inadecuado hacerle pasar el mal trago, sólo por nuestra ilusión de celebrarle una fiesta.
Como cada persona se calma de una forma diferente, es importante que sepamos de qué forma el niño suele tranquilizarse en otras situaciones. Incluso dentro del entorno de la fiesta, puede hacer una actividad individual como un puzle o un juego con un grupo más reducido como la oca, un bingo, cartas, depende de la edad. Permitirle que se conecte a algún dispositivo electrónico para jugar puede parecer una actividad inadecuada en grupo, pero también puede hacerse de forma compartida o ver una película, estas actividades suponen un menor nivel de socialización, pero les gustan a todos.
En los casos, en los que se haya intentado celebrar una fiesta varias veces y no se hayan cumplido las expectativas de diversión, quizá tengamos que plantearnos que, aunque nos haga mucha ilusión hacer una fiesta, el niño no está preparado. En ese momento podemos buscar otras alternativas, al menos por un tiempo.
Y no paaaaasa naaaaada. ☺
Video la fiesta de cumpleaños – signos del autismo en niños, financiado por el Gobierno de Gales y la Universidad de Cardiff. Recurso gratuito. Publicación Carrington, S.J. Leekam, S.R. et al. 2015. Signposting for diagnosis of Autism Spectrum Disorder using the Diagnostic Interview for Social and Communication Disorders (DISCO). Research in Autism Spectrum Disorders 9, pp. 45-52. (10.1016/j.rasd.2014.10.003).